¿Puede la inflación generar empleo?

 

En 1958, el economista William Phillips publicó un artículo en el que se estudiaba la relación entre la inflación y el desempleo por un periodo de un siglo para los Estados Unidos. Las conclusiones parecían bastante claras, a lo largo de este periodo de estudio se vio cómo cuando la inflación subía, el desempleo bajaba, y vice-versa. A esta sencilla relación se la denominó Curva de Phillips y, rápidamente, se extendió la idea de que era posible, tolerando un poco más de inflación, reducir el desempleo.

Milton Friedman y Robert Lucas.

No obstante, poco después surgieron voces críticas con esta idea por parte de, entre otros, los futuros premios Nobel Milton Friedman y Robert Lucas. Y es que, como señaló Friedman en su artículo The role of monetary policy, en 1968, durante el periodo examinado por Phillips hubo etapas de inflación, pero también de deflación, quedando una inflación promedio cercana a cero. Este hecho es de vital importancia.

Como se esperaba que el nivel general de precios se mantuviera, en promedio, estable, los salarios nominales tendían a mantenerse constantes, esto es, no había reclamaciones de subidas de salarios por parte de los trabajadores. Así pues, cuando había periodos inflacionarios, el empresario que veía aumentar el precio de sus productos, pero no así el coste salarial, se veía en la situación de poder emplear a más trabajadores. Ahora bien, éstos perdían poder adquisitivo durante ese periodo de inflación, es decir, a pesar de mantenerse constantes sus salarios nominales, los reales disminuían. Ello no era de gran importancia ya que, a los pocos años, habría periodos de deflación y el mecanismo se invertiría, recuperando ese poder adquisitivo perdido y también el nivel de desempleo.

Cuando ya a finales de los 1960s se había disfrutado de toda una década de inflación más o menos constante, los trabajadores empezaron a reclamar incrementos salariales conforme a la subida de precios, y es a partir de entonces cuando podemos decir que se rompió la Curva de Phillips.

Robert Lucas acuñó la idea de las rational expectations para explicar por qué ya no se cumplía esa relación entre inflación y desempleo. Según este economista, esta relación sólo se da con inflación no anticipada (inesperada) por los trabajadores; una vez que éstos saben que el próximo año el nivel general de precios subirá, reclamarán subidas salariales para mantener intacto su poder adquisitivo. Así, como los trabajadores ya han reclamado una subida salarial del mismo porcentaje en el que aumentó la inflación el periodo anterior, solo sería posible engañarlos y generar empleo si se aumentara aún más la inflación (el porcentaje que reclaman los trabajadores más un tanto por ciento adicional de inflación). Es por esto que también se dice que solo la inflación acelerada genera empleo, pero la explicación es la misma. Esto es, solo se puede generar más empleo con más inflación cuando se engaña a los trabajadores, cuando se les sorprende.

Sin embargo, las personas son racionales: se les puede engañar una o dos veces, pero tarde o temprano descubren el truco y se adaptan a las nuevas circunstancias. Esto es, en esencia, la principal lección de las rational expectations.


Fuentes:

Friedman, Milton (1968). The role of monetary policy.

Lucas, Robert E., Jr. (1973). Some international evidence on output-inflation tradeoffs.

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